Los orígenes, evolución y revitalización de la Feria de Melilla. Entrevista a Jose Juan Imbroda en recuerdo de su padre.

La ciudad de Melilla tiene y venera como Patrona a la Virgen de la Victoria. Así lo reconoce y perpetúa en su libro Población General de España editado en 1748, el autor melillense Juan Antonio de Estrada y Paredes. La obra está dedicada a Ella:

“Venera esta Plaza por su Patrona a la Soberana Virgen de la Victoria, en una devotísima y hermosa Efigie de Nuestra Señora de la Victoria, Divino Embeleso de los fieles y Consuelo de toda su guarnición, por tantos milagros y portentos como se han experimentado en esta Plaza en cuantas aflicciones la han invocado por temporales, falta de bastimentos y otras necesidades, que siempre ha remediado, acogiéndose con esta fe tan segura para sus naturales.”

A día de hoy no se puede dar con exactitud la fecha en la que este patronazgo dio comienzo.

Si se sabe, gracias a documentación existente en el Archivo Histórico de la ciudad, que fue ratificada como tal en 1756 siendo gobernador Antonio de Villalba y Angulo.

Desde mayo de 2016 recibe culto en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, ya que tuvo que ser trasladada de la Purísima Concepción para acometer las obras de restauración del citado templo tras el terremoto de enero del citado año.

Con motivo de este patronazgo, se celebra también la Feria que al estilo de las ferias andaluzas de casetas y farolillos se desarrolla durante una semana entre finales de agosto y principios de septiembre. A día de hoy la feria se vive con enorme entusiasmo y participación ciudadana, llenando las casetas por las tardes y por las noches, tapeando, acudiendo a los conciertos o a las tradicionales corridas de toros o misa rociera y culminando en la procesión que saca a las calles a la Virgen de la Victoria acompañada por las autoridades civiles y militares de la ciudad que recorriendo la calles del centro entre muestras de respeto y devoción popular.

El Telegrama del Rif a  principios del siglo XX ya se hacía eco de las celebraciones en honor de la Patrona como en esta reseña de un ejemplar del 12 de septiembre de 1908:

Las Fiestas de la Victoria

La verbena

La calle del Gran Capitán favorecida con la celebración de la verbena y del baile popular estuvo concurridísima. Adornada con mucho gusto y arte, con grandes guirnaldas de verde ramaje de las que pendían numerosos farolillos a la veneciana. A ella enviaron de los populosos y típicos barrios del Polígono y el Carmen sus mozas bien ataviadas con vistosos y artísticos vestidos y llevando profusión de flores en la cabeza y el pecho. […]

Ha sido una idea muy feliz de la celebración de este festejo que servirá seguramente de motivo para que, como sucede en muchas capitales, se repitan frecuentemente las verbenas y los bailes populares dando con ello expansión y alegría a quien no puede disfrutar de otros espectáculos reservados solamente a más elevadas clases sociales. […]

Se han otorgado premios a las dos muchachas que se presentaron mejor vestidas.

Las regatas

A las cinco de la tarde comenzaron en la rada las anunciadas regatas, presenciadas por numeroso público que llenaba la banqueta del muro X, las azoteas de dicho paseo y el torreón de las cabras. La única regata que se jugó fue de virada para embarcaciones de diez remeros siendo preciso repetir dos veces la salida a causa de que aquellos saliéndose de sus aguas se abordaron. Al final la regata se verificó alcanzando el primer premio el bote patronado por Antonio Bravo. Después hubo cucañas, ganándolas Manuel Portillo y José Díez.

Carreras de burros

Indudablemente no hay en Melilla asnos corredores, pues no había matriculado ninguno. Lo que si hubo fue un individuo que se presentó con un melenche racio en lactancia, con el que corrió bajo el brazo desde el puente del tabaco hasta el Principal. El jurado comprendió el mérito de la carrera y dio al divertido sujeto diez pesetas, pues en verdad el hombre cumplió con las condiciones del concurso porque para algo se habían anunciado carreras de burros.

Cabalgata

La cabalgata anunciadora de los festejos, se organizará nuevamente en las primeras horas de la mañana del domingo recorriendo las principales calles de la plaza y barrios exteriores. Durante el trayecto se dispararán gran número de cohetes voladores

Las de hoy

A las 16 y 30 .- Segunda carrera de caballos en el hipódromo,

A las 21.- Iluminación, velada y Tómbola.

A las 22.- Segunda vista de fuegos artificiales en la explanada frente al tejar de ingenieros.

Pero a lo largo del siglo XX la feria, sujeta a los propios vaivenes y devenir histórico de Melilla, empezó a languidecer convirtiéndose en un evento con cada vez menos apoyo y participación popular. Fue entonces cuando a finales de los años 70 y principios de los 80, Pepe Imbroda, concejal de festejos del primer ayuntamiento de la democracia renovó y revitalizó las fiestas patronales con el marcado aire andaluz que tienen hoy, logró implicar a la mayoría de los agentes sociales (clubes deportivos, asociaciones de vecinos, cofradías, etc) para que montaran sus casetas en el Parque Hernández decorado con farolillos y donde se importó la costumbre peninsular de beber vino fino y amenizar las veladas con música de aires flamencos. También se recuperaron las tradicionales corridas de toros y se dotó de la solemnidad que tiene a día de hoy la procesión de la Patrona, la Virgen de la Victoria, en su día. Acompañamos en este post una entrevista a su hijo Jose Juan Imbroda, que a modo de testimonio rinde homenaje a la labor de su padre por revitalizar todas las festividades que disfrutamos a día de hoy.

Fotos y video. PG. Timón

 

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