COMUNIDAD Amazige - Com. Musulmana

ORIGEN E HISTORIA DE COMUNIDAD AMAZIGHE DE MELILLA

Desde hace más de 6000 años, la cul­tura amazigh se ha desarrollado y expan­dido por el Norte de África. En la región del Rif, sociedades principalmente tri­bales, ocuparon fértiles valles cercanos a ríos o a la costa, donde las comunidades sedentarias explotaron los recursos con la agricultura, la caza y la pesca y las nóma­das se dedicaron al pastoreo y al comercio.
Las comunidades imazighen se ca­racterizan por ser eminentemente ma­triarcales donde las mujeres heredan y perpetúan el peso de la tradición. Desde las tradicionales kábilas hechas de ado­be, fueron testigos del paso de todas las civilizaciones que habitaron y dominaron la región del Guelaya donde actualmen­te se ubica la ciudad de Melilla. Fenicios, cartagineses, romanos, cristianos, se ex­tendieron sobre los territorios de los ima­zighen sin que se dejaran influenciar excesivamente dado su carácter combativo e independiente, aunque a partir del siglo VII de Nuestra Era, sí asumieron la religión islámica en su expansión desde Oriente Próximo hacia la Península Ibérica.

A finales del siglo )0J las tropas caste­llanas toman y reconstruyen los restos de una pequeña fortaleza islámica abando­na, dando origen a la Melilla actual. A par­tir de entonces durante los siglos XVI, XVII y XVIII las relaciones entre los hispanos y las tribus rifeñas circundantes van a orbi­tar entre los asedios y ataques periódicos a épocas de relativa calma pacífica.

El siglo XIX, supone un cambio de ten­dencia en cuanto a la relación de los ima­zighen con la ciudad de Melilla, y por las fuentes de archivo sabemos que desde principios de ese siglo se autoriza con «derecho de pernocta» a varios rifeños del Campo Exterior, a residir en la ciudad vieja de Melilla en un progresivo aumen­to de las relaciones entre ambos ámbitos territoriales tras siglos de conflictos desde 1497. Eran comerciantes y proveedores de alimentos para una ciudadela histórica­mente mal abastecida y que van a ejercer su actividad en la antigua explanada de huerta que se transforma en zoco, lleva a construir la primera mezquita a los pies de la muralla, y por su cercanía al puerto, va a ser el germen del barrio del Mantelete donde también se van a asentar y merca­dear los primeros comerciantes judíos e hindúes.

La primera mitad del siglo XX va a estar marcada por las últimas Campañas de África, la creación del Protectorado Espa­ñol en Marruecos y la Guerra Civil Espa­ñola, al tiempo que el progresivo asenta­miento de la población de origen rifeño en la ciudad va a ser constante, principal­mente en los barrios periféricos, como el Polígono, Cabrerizas, la Alcazaba o Reina Regente, configurando una Melilla cada vez más diversa y mestiza.
El porcentaje de imazighen asentados en la ciudad va a crecer constantemente alcanzando cifras, según datos estadísti­cos, del 23,3% en 1975 y un tercio aproxi­mado de la población total en 1986. Fue entonces cuando la ley de extranjería pro­mulgada ante la entrada de España en la Comunidad Europea, excluía a un gran porcentaje de melillenses de origen rife­ño que llevaban décadas, incluso varias generaciones residiendo en la ciudad y los colocaba en una situación de desigual­dad respecto al resto de ciudadanos. Tras una serie de movimientos civiles pacíficos, se lograron hacer llegar las reivindicacio­nes hasta el gobierno central y revertir la situación culminando en la plena ad­quisición de derechos y reconocimiento nacionalidad española de los melillenses imazighen a partir de 1987.

LAS CELEBRACIONES Y FESTIVIDADES

YENNAYER O AÑO NUEVO AMAZIGHE

Sigue el calendario Juliano y debido a su adaptación a los distintos ciclos producti­vos de los cultivos, va a ser adoptado por numerosas tribus del norte de África. Se celebra a mediados de enero y tiene una diferencia con el Gregoriano de 950 años superior. En Melilla se celebra con pleno apoyo institucional desde el año 2072 y reúne a un gran número de personas en espacios públicos (plaza de las Culturas, Teatro Kursaal, C/ O’Donnell}, entre las que tienen un especial protagonismo las mu­jeres, a la vez que se festeja con música y danza tradicional, recitado de versos en amazige (izram) y concursos de indumen­taria tradicional, donde tienen especial protagonismo los platos típicos como el cous-cous, frutos secos, pastas y té, y de los que participan y disfrutan toda la ciu­dadanía melillense.

Más circunscritas al ámbito rural del Rif destacan:

ANSARA O CHAR MEYAH

Como el San Juan cristiano, supone la celebración del solsticio de verano, mediante grandes ho­gueras sobre las que saltar, se degustan frutos de temporada y se canta y danza para atraer los buenos augurios.

BACHIG O FIESTA DE LAS MÁSCARAS

Similar al carnaval parece haber desapa­recido en el contexto cercano a Melilla y solo las mujeres de avanzada edad a tra­vés de testimonios propios o de sus ma­dres recuerdan que «hombres vestidos con las pieles de los corderos del Aid Kebir, se amarraban la lana de esas pieles en las muñecas y tobillos y las dejaban colgan­do, se pintaban la cara de negro con car­bón. Corrían por las calles asustando los pequeños».

MORABITISMO

Es un fenómeno reli­gioso y cultural extendido por toda el área del Rif que se basa en el culto de los espa­cios en los que se han enterrado algunas personas que en vida han demostrado un especial carisma o bondad (baraka) gene­rando toda una serie de peregrinaciones y conectando Melilla con el área circun­dante donde se documentan hasta seis morabitos.

Entre las festividades y celebraciones religiosas musulmanas de las que partici­pan la práctica totalidad de la comunidad amazigh de Melilla, destacan:

RAMADÁN. Conmemora el momento en que se reveló el Corán al profeta Ma­homa. Supone el ayuno durante las horas diurnas a la vez que un momento de puri­ficación y reflexión.

AID EL FITR O AID EL SECHIR O PAS· CUA CHICA. Es la celebración del fin del Ramadán, motivo de reuniones familiares alrededor de copiosas comidas, intercam­bio de regalos y donativos a los más necesitados.

EL AID EL ADHA O AID EL KEBIR O PASCUA CRANDE. Celebran que el ángel Gabriel bajo a la tierra para impedir que Abraham matara a su hijo, conmemorán­dose con el sacrificio de un cordero.

EL MOUHARAM, es el primer día del año nuevo, según el calendario musul­mán lunar y conmemoran la héjira o viaje del profeta Mahoma de La Meca a Medina.
es una fiesta tradicional y re­ligiosa donde se celebra el aniversario del profeta Mahoma.

OTRAS MANIFESTACIONES DE SU PATRIMONIO INMATERIAL

El tamazigh. Extendido por toda el área del Magreb, posee numerosas va­riantes y tradicionalmente ha sido apren­dido por vía matrilineal en el contexto del hogar y recoge gran parte de la sabiduría popular y memoria colectiva de los imazi­ghen de Melilla. A día de hoy se encuentra en pleno proceso reconocimiento y visi­bilización a través de cursos promovidos institucionalmente, a la espera de poder articularlos para obtener títulos oficiales.

La gastronomía tradicional amazigh se basa en los productos de la dieta mediterránea, aceite de oliva, cereales (hari­na de trigo principalmente). legumbres, frutas y verduras frescas, carnes y pesca­dos. Los platos a base de carne de corde­ro, asociados a las celebraciones familia­res y religiosas, son muy variados, desde los tahines con verduras, al cous-cous de sémola o los pinchitos, también destacan los guisos de verduras y pollo, la harira o sopa de lentejas, los panes tradicionales (tisnif) hechos en sartenes de hierro o los dulces, tanto de masa frita como con fru­tos secos.

Las bodas suponen una de las celebra­ciones más identitarias de la comunidad amazigh de Melilla, si bien han incorpo­rado elementos modernos, aún conserva rituales ancestrales y tradiciones trans­mitidas de generación en generación y que tradicionalmente se prolongaban durante tres días. El primero los novios lucen tatuajes de henna en pies y manos permaneciendo cada uno en su hogar, mientras el hombre hace llegar los rega­los a su futura esposa. Esa madrugada los familiares y amigos trasladan a la novia a casa de su prometido cantando y tocan­do bocinas, al llegar a su casa alcanzan su máxima expresión las poesías, canciones y la música amazigh, que, desligada de lo estrictamente religioso, hacen mención al placer y belleza del momento. El segun­do día se ha producido el encuentro de la pareja que es celebrada con bailes por los asistentes a la boda a ritmo de panderos. El último día tradicionalmente, la pareja sacrifica un cordero antes de que salga el sol y la novia descubre su rostro ante los presentes.

OFICIOS TRADICIONALES

Entre los oficios tradicionales des­empeñados en Melilla por la comunidad amazigh destaca el comercio tradicional y singular, por un lado, el relacionado con el comercio de bazar y especias, que tan­to ha caracterizado y definido a Melilla a lo largo del siglo XX, y por otro el comer­cio de proximidad y de barrio, que, trans­mitido normalmente, de generación en
generación, ha favorecido la cohesión e integración vecinal en un contexto eminentemente intercultural.