Janucá 2021 en Melilla

Popularmente conocida como la Fiesta de las Luces, Hanukkah, Janucá o Januká tiene como fecha de celebración el 25 del mes judío de Kislev y una duración determinada de ocho días. En el calendario gregoriano, es habitual que coincida con el mes de diciembre y para el 2021 se va a desarrollar entre el 29 de noviembre con el tradicional encendido del candelabro de nueve brazos y el g 6 de diciembre.

Aunque condicionada por las lógicas restricciones provocadas por la pandemia del covid será un festividad en la que las mujeres y los niños cobran un especial protagonismo reuniéndose en celebraciones familiares (más intimas que otros años que han podido ser más multitudinarias) y degustando dulces típicos de la gastronomía sefardí como buñuelos o sufganiot (masa dulce horneada y azucarada rellena de crema o mermelada).

En los trabajos del Atlas del Patrimonio Cultural Inmaterial de Melilla en su estudio sobre la comunidad judía en 2018 encontramos algunas referencias bibliográficas sobre esta celebración en Melilla y en el Norte de Marruecos:

  • ORTEGA, MANUEL L.: Hebreos en Marruecos. Estudio histórico, político y social. Ed. Hispano Africana. Madrid 1919.

El espíritu religioso. Principales festividades.

La fiesta de Hanucá o Purificación del Templo, congrega a los hebreos en las sinagogas durante ocho días, con ella se conmemora la victoria que consiguieran los hermanos Macabeos sobre los ejércitos sirio-helenos en Antioquía, merced a este triunfo consiguió su independencia el pueblo judío. Judas Macabeo entró en Jerusalén y rompió en pedazos la estatua de Júpiter que profanaba el Templo.
Al ir a encender el candelabro de siete brazos no hallaron más que un ánfora de óleo santo. El resto del aceite había sido profanado por los paganos. El oleo milagrosamente se multiplicó y fue suficiente para que alumbrasen los siete brazos del candelabro durante los ocho días de fiesta. Conmemorando este pasaje las sinagogas y casas de los hebreos lucen iluminaciones. Los israelitas usan candilejas de ocho mechas y cada noche encienden una hasta completar los ocho días: por eso es llamada esta fiesta en Marruecos, Pascua de la Candileja.

  • SALAFRANCA ORTEGA, J.F: Costumbres religiosas de los judíos melillenses. En: Revista ALDABA nº15. 1990. UNED de Melilla pp 89-111

Dentro de las festividades menores, el 25 de mes de Kislev se conmemora el Hanuca o Fiesta de las luces, por la libertad del templo de Jerusalem, conquistada por Judas Macabeo. Durante 8 días los hebreos encienden candiles con aceite de oliva hasta llegar a 8, si bien es una fiesta familiar sin trascendencia social alguna.
La fiesta más visible desde el punto de vista social es el Purim, que se celebra el décimo cuarto día del mes de Adar y conmemora la salvación de los judíos de Persia de la aniquilación tramada contra ellos; Purim significa suerte, y en el Telegrama del Rif es la festividad más reseñada, nombrada también como el carnaval judío.
Hay que señalar que era una festividad en la que también participaban cristianos y musulmanes, bien en casa particulares o en los dos casinos de la ciudad o en la calle; el juego se autorizaba durante los tres días del Purim en los que se llenaban las mesas de bacarrat.

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Estos estudios del siglo pasado muestran cómo se celebraba el Janucá en Melilla y en las comunidades judías del Magreb en el siglo XX, si bien tenemos información más actualizada en la web de la asociación cultural Mem Guimel:

https://memguimel.es/januka/

Januká una de las dos fiestas menores y de las más alegres del pueblo judío, durante 8 días se iluminan los hogares con las llamas que salen de la Janukiá. En el año 5781 según el calendario hebreo corresponde del 11 al 18 de diciembre de 2020

En Januká la luz impera sobre la penumbra de la ofuscación, odio, egoísmo, orgullo, dominio de la voluntad y opresión hacia los más débiles.

Días donde la luz se irradia desde lo más alto y su llama ilumina al mundo, nuestras vidas, el camino de la humildad, respeto, amor, unión, fraternidad, la Paz, y la unión entre todos.

Un poco de historia

En la época del Segundo Templo aproximadamente en el siglo II antes de esta era, sucedió el milagro de Januká. Judea vivía una crisis política-religiosa, siendo víctimas del yugo del gobierno de Antíoco IV Epifanes, rey de Siria de la dinastía Seléucida.  Su objetivo era conseguir el fin del judaísmo a través de forzar al abandono de su religión y costumbres, la conversión al culto pagano o la muerte. 

Para conseguir su objetivo el Rey Antíoco emitió una serie de edictos, prohibiendo cumplir a los judíos cualquier precepto como era el Shabat, practicar la circuncisión, Roh Jodesh (conmemorar el principio de mes), estudio de Torá…. Los griegos querían imponer su cultura helénica, oprimiendo al pueblo hebreo en su propia tierra.

Un grupo reducido de judíos pudieron escapar, no quisieron someterse, ni renegar de su fe. Entre ellos se encontraba Matatiyahu Jasmonaim que era uno de los sacerdotes del Templo, y con él huyeron cinco de sus hijos.

Una de las veces que consiguió bajar a una aldea para abastecerse de alimentos, Matatiyahu pudo ver como se obligaba a un judío a construir un altar en la plaza central, y ofrecer un sacrifico pagano. En esos momentos se reveló en contra de este ritual, dando comienzo de una revolución popular. Conforme se iba conociendo la revuelta, cada día era mayor el número de adeptos. 

El día 25 de Kislev, entraron en Jerusalén y la liberaron. Pero al dirigirse al Templo encontraron una estampa desoladora, destrucción e ídolos puestos en el altar, a pesar de conocer la prohibición judía de la idolatría. 

Tras limpiar el lugar y purificarlo, tan sólo se encontró entre los escombros una vasija de aceite con el sello del gran sacerdote, cantidad para encender un día la Menorá (candelabro de 7 brazos). Este aceite es puro, la primera gota de la aceituna, y para poder conseguir más cantidad tardaron ocho días de viaje. 

Este fue el verdadero milagro, durante estos ocho días permaneció la luz encendida a pesar de tener aceite para uno. Por todo ello y en agradecimiento a Hashem (D-os)(1), se instauró la festividad de Januká,  encendiendo luces durante ocho días como recuerdo y testigo para generaciones futuras.

Es esto lo que se conmemora, el milagro de la luz, que irradia Torá al mundo nuevamente. En ningún momento se conmemora la victoria sobre los opresores, en toda guerra mueren seres humanos y no es digno de ser festejado, considerándose en el judaísmo un acto macabro e inhumano.

Janukiá y Menorá

En el judaísmo hay dos candelabros, la Janukiá es el candelabro de 9 brazos y se utiliza para la fiesta de Januká.

La Menorá es el candelabro de 7 brazos que había en el templo sagrado de Jerusalén, era de oro y todo de una sola pieza.

El significado de Januká/Janucá

Januká significa Consagración o dedicación, también inauguración

Otra interesante explicación lo aporta el análisis gramatical de la palabra, los vocablos: JANU (significa descanso) y KA (tiene el valor 25 en el alfabeto hebreo), el día 25 del mes de Kislev según el calendario hebreo, es cuando descansaron de la opresión de los griegos.

Cómo encender la Janukiá

La costumbre más extendida es hacerlo con aceite y mechas, alusión al milagro con el aceite. También se puede encender todo tipo velas. 

El primer día se enciende una luz, el segundo dos, hasta completar los ocho días. Ello es para concienciarse que el ser humano debe elevar cada día más su fe, conocimiento y buenas cualidades. 

De la luz de la Janukiá está prohibido tener ningún tipo de beneficio, no se podría entrar en un cuarto oscuro que sólo lo ilumine la Janukiá. Este es el motivo de colocar la novela luz, el Shamash (guía), que se enciende todos los días y suele estar en una posición más elevada que el resto.

La ahora propicia para encender es a la salida de las estrellas, pero se puede hacer durante la noche. Lo normal es  esperar que esté toda la familia, para dar difusión del milagro que ocurrió. Debe durar encendida mínimo media hora, que es lo preceptivo por la ley. A partir de este momento ya si se puede hacer uso de su luz.

Bendecir antes del encendido

Antes de encender la Janukiá se dicen dos bendiciones, por haber santificado y ordenado el encendido de las velas de Januká y por el milagro con los antepasados judíos esta época de persecución. La primera noche se aumenta una tercera, para agradecer al Altísimo por habernos mantenido con vida y llegar a este momento. Seguidamente se enciende y se entonan canticos litúrgicos y de alabanza.

Los pequeños y las mujeres

Los hogares se decoran y se respira un clima festivo, los pequeños ayudan y se contagian de este ambiente esperando con gran ilusión el momento cuando reciben los regalos.

La mujer también en su día jugó un papel primordial en este milagro, por ello durante la media hora después de encender no realizan ninguna labor. Buen momento para que el marido y los hijos preparen la mesa disfrutando de suculentos alimentos y contemplando la luz de la Janukiá, mientras se relatan historias y entonan canciones tradicionales. Se suele servir dulces fritos en recuerdo del milagro con el aceite, cómo los buñuelos o suganiot.

Encendidos públicos de Januká 

En los últimos años se están llevando a cabo encendidos públicos. En España por poner un ejemplo han sido testigos de este encendido ciudades como Madrid, Ceuta, Málaga, Torremolinos, Barcelona, Valencia o Alicante.

En Melilla desde hace algunos años dentro del alumbrado de la ciudad para diciembre, se ponen luces con Feliz Januká, y se lleva a cabo un encendido público oficial.

*Video inferior. Fuente: EL FARO TV. Encendido oficial de velas de Januká 2019.

 

 

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