La Ciudad Autónoma de Melilla ha anunciado recientemente la creación de un Museo de Patrimonio Oral Amazigh en el barrio del Rastro, una de las zonas con mayor simbolismo histórico y cultural de la ciudad. Esta iniciativa, recogida por Melilla Hoy y difundida a través del perfil oficial de Cultura Melilla, se inscribe dentro de un conjunto de acciones dirigidas a preservar y visibilizar una de las dimensiones más ricas del patrimonio cultural inmaterial melillense: la tradición oral y la lengua de la comunidad amazigh.
Dotado con una inversión de 300.000 euros, el futuro museo no solo aspira a conservar relatos, leyendas, expresiones lingüísticas y saberes transmitidos de generación en generación, sino también a consolidarse como un espacio vivo de encuentro intercultural. A esta apuesta museística se suma la creación de una cátedra amazigh, orientada a la investigación académica y a la divulgación de esta cultura milenaria, en consonancia con los principios de participación activa de las comunidades que promueve la Convención de 2003 de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Estas acciones locales dialogan directamente con los esfuerzos globales que desde la UNESCO se han llevado a cabo para fomentar el respeto a la diversidad cultural y lingüística, considerados pilares fundamentales del desarrollo sostenible. Instrumentos como la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (2001) y el Día Internacional de la Lengua Materna (celebrado cada 21 de febrero), subrayan la importancia de salvaguardar las lenguas minorizadas como portadoras de identidades, memorias colectivas y cosmovisiones únicas. Melilla, en este contexto, se posiciona como un ejemplo de cómo las ciudades fronterizas y culturalmente diversas pueden convertirse en referentes de buenas prácticas en materia de pluralismo y cohesión social.
Desde Melilla Inmaterial, valoramos muy positivamente esta apuesta por una memoria viva que reconozca el papel de las comunidades amazighes en la construcción del presente y futuro cultural de la ciudad. La apertura del museo, prevista para 2025, no solo enriquecerá el paisaje cultural urbano, sino que permitirá que los saberes tradicionales se proyecten hacia nuevas generaciones a través de espacios educativos, expositivos y participativos.